
ABOUT KATERINA
Desde que tengo memoria, me apasiona la estética visual.
Siempre me ha fascinado la manera en que los pequeños detalles, l
os gestos más sencillos, pueden transformarse en algo sublime cuando se colocan en su lugar adecuado.
Mi mirada se orientó hacia esa armonía en todo lo que veía, un orden visual donde cada elemento tuviera su espacio, su peso, su relevancia.
Fue esa misma inclinación la que me llevó a la fotografía, un medio perfecto para dar forma a lo que siempre había soñado expresar.
A lo largo de este camino, he tenido el privilegio de cruzarme con maestros cuya generosidad me permitió descubrir secretos escondidos en la luz, en las sombras, en el alma misma de la imagen.
Gracias a ellos aprendí a ver más allá de lo evidente, a encontrar arte en lo cotidiano, a reconocer la belleza en lo efímero.
Una sonrisa, un abrazo, una mirada… mis fotografías no necesitan palabras.
Se sienten.
Fluyen en su propio silencio, cuentan historias que no se explican, solo se viven.
Es esa naturalidad, esa verdad pura de cada ser humano, lo que hace que mis imágenes sean tan auténticas, tan únicas, y en ocasiones, tan divertidas.
Elegí especializarme en bodas y eventos porque son, por naturaleza, una compleja y hermosa amalgama de emociones, técnicas y recuerdos.
Cada uno de esos instantes es irrepetible, y mi tarea es capturar la esencia pura de lo que se vive en esos momentos, sin adornos, pero con una sensibilidad profunda.
Al finalizar cada proyecto, siento una profunda gratitud. No solo por haber podido formar parte de un día tan significativo, sino por haber tenido el privilegio de plasmar, con mis imágenes, la intensidad de lo vivido.
Cada historia que capturo se convierte en un legado visual, una memoria que trasciende y se perpetúa en el tiempo
